martes, 14 de diciembre de 2010

LA HUELGA EN CARCABUEY

La Huelga General del pasado 29 de septiembre ha tenido en Carcabuey un seguimiento menguado y desigual. Aunque no tenemos datos exactos, creemos que su incidencia de modo aproximado ha sido la siguiente:

- En el sector agrario, el paro por parte de trabajadores por cuenta ajena ha sido total en alguna de las empresas agrarias más grandes y con mayor número de trabajadores, parcial en otras y reducido en el resto de pequeñas empresas y trabajadores autónomos.
- En la industria, creemos que fue irregular, con seguimiento de la huelga parcial en algunos talleres metalúrgicos y muy escaso en otros.
- En la construcción, si ha tenido alguna incidencia, con paro total en varias empresas, entre ellas, la de mayor número de empleados en el sector y con ninguna repercusión en otras. En cuanto a los pintores, algunos siguieron la huelga, aunque la mayoría trabajaron.
- Por parte de los empleados públicos, el seguimiento de la huelga fue muy escaso en el Ayuntamiento y en el Colegio, por parte del profesorado, aunque en el servicio de comedor el paro fue total.
- Los trabajadores de recogida de RSU no pararon, aunque procuraron realizar su trabajo fuera del horario afectado por la huelga.
- Las tiendas de comercio y bares abrieron con normalidad, aunque la Estación de Servicio la Zamora sí estuvo cerrada.
- Nos falta información precisa, pero creemos que la huelga no ha tenido una incidencia apreciable en la industria agroalimentaria, habiendo sido prácticamente inexistente o escaso tanto en la Cooperativa, en sus distintos sectores y departamentos como en el resto de almazaras e industrias de alimentación. Y otro tanto en cuanto a los trabajadores de la Mancomunidad.

Algunas conclusiones:

- El sindicalismo es una asignatura pendiente en Carcabuey, el nivel de afiliación es muy bajo, no hay organizaciones locales; si ha habido algunas movilizaciones en el sector agrario, lo han sido a instancias de las organizaciones agrarias (patronal y autónomos) y de influjos políticos. Y sus consecuencias son evidentes: las condiciones de trabajo son pésimas, abunda el trabajo sin contrato ni alta en la Seguridad Social, la no aplicación de los derechos legalmente reconocidos a los trabajadores es un hecho generalizado en las empresas privadas de Carcabuey. Si esto ha venido siendo así en los años de bonanza y crecimiento, ahora en tiempos de crisis, la cosa está como para echarse a temblar.
- La fuerza de la unidad y la participación ha sido entregada atada de pies y manos en el modelo político-social dirigista y manipulador que se ha implantado en las últimas décadas a cambio de ciertas limosnas como el PER o el subsidio agrario, más las que puedan reportar individualmente el estar a bien con los agentes políticos dominantes (verdadero nuevo caciquismo de nuestro tiempo).
-Ante esta situación, ¿qué cabría esperar ante una convocatoria de huelga general? Pues lo, hasta cierto punto, lógico:
. Hay trabajadores que piensan que si aquí no se aplican los derechos laborales establecidos, luchar por ellos es hacerlo por los de los demás trabajadores pero no por los de Carcabuey.
. Si no hay una mínima unidad y organización (aquí hablar de piquetes es casi ciencia-ficción) el trabajador sólo y desprotegido considera que sus intereses están mejor salvaguardados estando a bien con el empresario o mandamás político del que depende su trabajo que haciendo lo que a éstos no les gusta.
. Entendemos que esto es lo que ha ocurrido y viene ocurriendo en el propio Ayuntamiento, como en otras empresas importantes de la localidad en las que la actividad sindical viene siendo tradicionalmente dificultada y es prácticamente inexistente, o en otras beneficiadas por continuados contratos públicos y en las que, como consecuencia, la relación jefe-trabajadores ha ido evolucionando hacia una más que armoniosa afinidad, así como en tantas más.
. Y hasta hay quien, ante este estado de cosas y debido a la falta de conciencia de unidad y solidaridad entre la clase obrera, ha valorado por encima de los supuestos beneficios que se podrían conseguir con la huelga, la pérdida del salario que acarrea el paro durante un día.
- En estas condiciones de abuso-sumisión –en las que se aprecia un retroceso de siglos- hará falta que el fuego toque la piel para que, en Carcabuey, como en tantos otros pequeños pueblos de zonas rurales, los trabajadores puedan responder y sumarse de forma masiva a una lucha común en defensa de sus propios intereses para hacer frente a la avalancha de agresiones que se nos están viniendo encima.
- Es pues necesario reclamar a los sindicatos de clase una mayor atención de sus organizaciones a los pueblos, llegar a los problemas reales de los trabajadores, que lleven a denunciar las situaciones que se están viviendo. Y no preocuparse únicamente de actuaciones formalistas y de conveniencia que no dan más resultado que un paripé al servicio únicamente de intereses políticos, como ocurre con la representación sindical en el Ayuntamiento o en la Mancomunidad, con la que, cuando llega la hora de dar la cara, no puede contar, un sindicato como UGT, bastante activo en la movilización a la huelga en otros lugares, pero al que aquí le han dado la espalda sus propios sindicalistas. - Por último hemos de dejar constancia de que la escasa izquierda real de Carcabuey, representada por esta fuerza política que es IZQUIERDA UNIDA, no ha fallado y sigue estando ahí, aunque sólo sea de modo testimonial, siendo un punto de referencia para la conciencia y la lucha de los trabajadores.

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