Gran Marcha a Madrid. Sábado 15 de Septiembre de 2012 a
las 12:00h
Cuando en la
segunda mitad de 2008, la economía productiva de Estados Unidos y Europa se
empieza a contagiar del enorme fraude iniciado en el sistema bancario
norteamericano con la emisión de unos sofisticados productos financieros por
valor de billones de dólares, los dirigentes políticos europeos no se pusieron
de acuerdo sobre el impacto de la crisis. Unos negaron reiteradamente que la crisis
financiera llegara a adquirir la dimensión de crisis económica y productiva
internacional; otros agitaron en sus respectivos países el deterioro de los
grandes indicadores macroeconómicos para arremeter contra sus adversarios
políticos en el Gobierno y acusarles de incapacidad e insolvencia. Reclamaron
desde la oposición las conquistas del Estado de bienestar y proclamaron
solemnemente su compromiso con los derechos sociales y laborales.
Unos y otros
desoyeron las iniciativas de voces autorizadas de la economía y
fundamentalmente del movimiento sindical, exigiendo otra política para salir de
la crisis y medidas para la reactivación económica, el empleo y la cohesión
social. Después de vagas promesas de inversión pública dirigida a activar la
creación de empleo, los mandatarios de todo el mundo abrazaron la misma
política que había provocado la crisis: fuerte desregulación de derechos,
incompatibilidad entre el Estado social y el equilibrio de las cuentas
públicas, y máxima prioridad para contener el déficit en el menor tiempo
posible. Tras cuatro años de liberalismo en estado puro el resultado no admite
dudas: más crisis, más recesión, más desempleo, menos cohesión social, menos
Estado e incremento sostenido de la injusticia y la exclusión social. La política
y la democracia empezaron a ser derrotadas por la economía especulativa y los
mercados financieros.
Un fraude democrático
En España,
la situación se nos antoja paradigmática. Los que gobernaron ayer acabaron
asumiendo “por responsabilidad” los postulados del neoliberalismo. Los que lo
hacen hoy ganaron las elecciones con un programa y gobiernan con otro. Un
descarnado ejercicio de fraude democrático que en el caso del Gobierno de
Mariano Rajoy parece no tener límites. En poco más de seis meses ha acabado con
la arquitectura del derecho laboral que surgió de la transición democrática;
hace más difícil la vida a las personas en paro; empobrece a la inmensa mayoría
de asalariados y pensionistas; se muestra hostil con la inmigración; niega el
presente y el futuro de los jóvenes; ensancha el territorio de la desigualdad
entre géneros y vuelve a negar el derecho de las mujeres a decidir sobre el
aborto; corta de raíz la cooperación al desarrollo; penaliza la actividad de
los autónomos; ningunea la investigación y la ciencia; abandona a las personas
dependientes y a quienes les atienden; arrincona la cultura; deteriora los
servicios públicos y asesta un duro golpe a la educación y sanidad públicas;
cuestiona y/o niega derechos y libertades en una acusada deriva autoritaria;
exhibe una voluntad enfermiza de perseguir a los sindicatos y colectivos de
representación ciudadana; se obsesiona con el déficit; olvida la inversión
pública, la actividad económica y el empleo; camina inexorablemente
hacia los 6 millones de parados a finales de 2012. Y todo ello para tratar de
encontrar la confianza de los mercados financieros y de la Unión Europea, que
no solo no logra, sino que recibe a cambio humillación y desprecio.
Ha llegado el momento de decir basta.
Así lo demuestran
miles de ciudadanos y ciudadanas que salen a la calle en distintos puntos del
país -quizás por primera vez en mucho tiempo- para defender sus derechos. El 19
de julio fueron millones de personas las que llenaron las calles de España para
rechazar los recortes del Ejecutivo. Y en agosto volverán a salir manifestarse
a pesar del periodo estival.
No vamos a parar
No vamos a parar
En
septiembre, las organizaciones que hemos participado en la Cumbre Social nos
proponemos intensificar la movilización social y democrática para hacerla más
contundente y masiva. Recurriremos a todos los instrumentos que la Constitución
pone en nuestras manos y expresaremos el firme rechazo de la mayoría de la
sociedad a unas medidas que arruinan la economía, contraen el consumo y quiebran
el modelo de convivencia de los últimos 35 años. El 15 de septiembre centenares
de miles de ciudadanos y ciudadanas marcharán a Madrid desde todos los rincones
de la geografía española para decir NO a tanta injusticia. De inmediato
emplazaremos al Gobierno a que no prolongue ni profundice una política tan
ineficaz como injusta y convoque un referéndum para que la ciudadanía se
pronuncie sobre las medidas aprobadas. Si no lo hiciera, seremos las
organizaciones de la Cumbre Social las que llevemos a cabo la convocatoria de
una CONSULTA POPULAR y con el resultado de la misma actuaremos en consecuencia.
ASÍ NO SE PUEDE SEGUIR
ASÍ NO SE PUEDE SEGUIR
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