Posted on 21 Jul, 2014
Ante la criminal agresión de Israel contra el pueblo
palestino, particularmente los bombardeos y consiguiente arrasamiento de la
Franja de Gaza, el SICSAL manifiesta su indignación y su más enérgica condena,
expresando:
1. Que el pueblo palestino es el legítimo dueño de
esta tierra, que la habita con pleno derecho desde varios
milenios, hundiendo sus raíces en los antiguos pueblos cananeos; sin
embargo, desde hace sesenta y cinco años Palestina vive bajo la ocupación
israelí, pese a que Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales lo
consideran ilegal.
El 78 por ciento del territorio palestino está
totalmente ocupado por Israel, quien no cesa de construir nuevos asentamientos
judíos, usurpando por la fuerza la tierra y el agua de las comunidades
palestinas, e incluso expulsando de sus casas a sus legítimos dueños. Quien se
opone a ello es, con frecuencia, asesinado. Alrededor de seis millones de
palestinos sobreviven como refugiados en su propia tierra.
Para colmo, el estado de Israel ha levantado un
gigantesco muro, llamado “el muro de la vergüenza”, para aislar al pueblo
palestino. Precisamente, el pasado 9 de julio se cumplió diez años desde que la
Corte Internacional de Justicia declaraba ilegal este muro. El Papa Francisco
insistió, en su viaje a Tierra Santa, que el muro es una vergüenza para la
humanidad, que no son muros sino puentes lo que hay que construir. Pero Israel
hace caso omiso de las voces que buscan la paz.
2. La crisis que en estos días estamos viviendo se
inició con el secuestro y asesinato de tres jóvenes colonos judíos cerca de
Hebrón, que según el gobierno de Benjamín Netanyahu fue autoría de Hamás,
aunque esta organización lo niega. En verdad no hay pruebas. Incluso, hay
quienes especulan sobre una posible operación encubierta de las fuerzas de
seguridad de Israel para justificar una intervención en la Franja de Gaza.
Este acontecimiento generó que un adolescente
palestino fuera quemado vivo por extremistas judíos, lo que provocó una
indignación generalizada en el pueblo palestino. Es, precisamente, lo que
esperaba el gobierno de Netanyahu para desatar una escalada represiva sobre las
principales ciudades de Cisjordania, particularmente en Jerusalén, Nablus y
Hebrón, poniéndolas bajo toque de queda.
Más de 500 personas fueron arrestadas en menos de
cuatro días, entre ellas académicos, funcionarios de ONGs, políticos…
Seguidamente el ejército israelí asesinó a 11 personas incluyendo a dos niños de
7 y 13 años. En Hebrón, azoteas y pisos enteros de algunas viviendas han sido
tomados por las tropas como base de operaciones.
3. Ante esta situación, los militantes de Hamás,
acorralados en Gaza, disparan cohetes caseros sobre las tierras que habían sido
palestinas y que la ocupación israelí usurpó. La desesperación es la madre de
las acciones violentas, gritos con poca eficacia, mientras Israel responde con
ataques aéreos de alta potencia sobre la Franja de Gaza, un territorio de 350
km2 con casi dos millones de habitantes, considerada la cárcel a cielo abierto
más grande del mundo. Los bombardeos israelíes y artillería pesada desde las
cañoneras de los barcos de guerra contra las costas de Gaza, se han cobrado,
hasta el presente alrededor de 300 vidas, de las cuales una tercera parte son
niños, y 2.017 personas heridas, muchas de gravedad. Los hospitales están
colapsados y desabastecidos y uno de ellos completamente destruido; escuelas,
comercios, plazas públicas, centros oficiales, mezquitas, templo de la iglesia
católica han sido parcial o totalmente arrasados. Mil doscientos hogares
reducidos a escombros, dejando sin techo a familias enteras so pretexto de
acabar con los militantes de Hamas. Un hecho que clama al cielo es el
ametrallamiento, desde una embarcación israelí, de cuatro niños palestinos que
jugaban en la playa de Gaza.
4. Se acusa a Hamas de terrorismo, pero, ¿qué mayor
terrorismo que la sucesión de bombardeos, destrucción y muerte que Israel está
ocasionando? Naciones Unidas en la Resolución 3101 (diciembre de 1973), afirmó
el derecho legítimo de los pueblos bajo dominación colonial extranjera o bajo
regímenes racistas, a luchar por su autodeterminación. Esta es la situación del
pueblo palestino. Las masacres de la población civil en Gaza son un verdadero
genocidio que hiere la conciencia de la humanidad. Pero, para Israel los
Derechos Humanos pareciera que no existen.
Una vez más suenan las palabras del Monseñor Romero,
que desde el corazón de los pueblos oprimidos y ensangrentados, grita: “En
nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo cuyos lamentos suben
hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, ¡les ordeno!
¡Cese la represión!”.
5. En medio de esta situación, manifestamos:
· Nuestra solidaridad con el heroico
y hermano pueblo palestino. Nos unimos al dolor de las personas que han
perdido a sus familiares, sobre todo a las madres que han visto morir a sus
hijos. El drama humano golpea nuestra conciencia y sensibilidad. Nos unimos a
su lucha por libertad, el derecho al territorio, la dignidad y la paz.
Confesamos que el mundo no está clasificado entre orientales y occidentales,
cristianos y musulmanes, creyentes y no creyentes, sino entre opresores y
oprimidos y, contra ello hay que luchar. Nuestra opción, como seguidores de
Jesús, son los pobres y oprimidos de la tierra. Caminamos juntos, como
hermanos, luchando y soñando en otro mundo de justicia y libertad, signo de la
presencia del reino de Dios.
· Condenamos enérgicamente al
estado de Israel como violador –de manera sistemática y continuada– del
derecho Internacional, de las resoluciones de la ONU y de la Convención de
Ginebra y, exigimos la imposición de sanciones económicas y políticas ante
estos crímenes de lesa Humanidad.
· Expresamos nuestra indignación
frente al silencio y pasividad de los gobiernos y organizaciones
internacionales y denunciamos su complicidad con el genocidio israelí.
· Hacemos un llamado a todas
las organizaciones sociales y comunidades cristianas de América y del mundo a
manifestarse frente a las embajadas de Israel, exigiendo el alto al fuego y
la retirada de los territorios ocupados por Israel.
· Exigimos a nuestros gobiernos el
cese de acuerdos comerciales, empresariales y culturales con Israel, en tanto
no cumpla las resoluciones de la ONU, las leyes y el Derecho internacional.
Exigimos, asimismo, la ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales con
Israel y la retirada de nuestros Embajadores hasta que Israel reconozca sus
fronteras según los Acuerdos de la ONU.
· Lanzamos un llamamiento al
boicot de productos israelíes. Para ello hay que identificarlos en los
distintos centros comerciales.
· Nos unimos en oración con
todos los cristianos de las distintas confesiones y con los musulmanes de todo
el mundo, implorando la fuerza del Espíritu de Dios para no desfallecer en los
sueños y en la lucha por otro mundo posible, en donde el derecho, la libertad y
la paz que nacen de la justicia se establezcan en la tierra.
¡¡NO AL GENOCIDIO DE ISRAEL CONTRA PALESTINA!!
16 de Julio de 2014
Mons. Raúl Vera López (México) Rvda. Emilie Teresa
Smith (Canadá)
Presidente Presidenta
CONSEJO DIRECTIVO:
Scott Wright (Estados Unidos), Maricarmen Montes
(México), Conrado Sanjur (Centroamérica), Abilio Peña (Región Bolivariana),
Luis Javier Angulo (Cono Sur), Mireya Rubio (Estado Español), Alberto Vitali
(Europa), Sean Cleary (Asia-Oceanía)
MIEMBROS HONORARIOS:
Mons. Alvaro Ramazzini (Guatemala), Mons. Heriberto
Hermes (Brasil),
Mons. Pedro Casaldáliga (Brasil), Hna. Raquel Saravia
(Guatemala), Prof. Zoraida Trinidad (Rep. Dominicana)
Armando Márquez Ochoa (El Salvador) Secretario
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